sábado, 29 de marzo de 2014

"Testimonios Oscuros" en Zona Negativa.

Testimonios Oscuros, de Fernando Ramos (y otros). Grupo Belerofonte, Estuario Editora (Uruguay); rústica. 96 páginas.
Las narraciones de drama, sea en el medio que sea, tienen algo de masoquismo. Uno las sufre, como dramas que son, pero a la vez las disfruta por las emociones que generan, porque nos hacen sentir vivos a través de estas, porque nos identificamos con sus protagonistas y lo que a ellos les sucede. Precisamente esto consigue Fernando Ramos a través de cada una de las cinco trágicas historias que componen Testimonios Oscuros.
Todas las narraciones incluidas en este libro están basadas en hechos reales, algunas adaptando lo que verdaderamente sucedió, otras resumiéndolo y presentándolo en forma de relato (gráfico) breve, otras tomando un hecho concreto que ayuda a presentar lo sucedido; pero todas ellas contienen lo esencial del testimonio en que se basa. De esta manera, transmiten las emociones genuinas que generan o generarían la historia real, a pesar de estar más o menos ficcionalizadas y llevadas a los lectores mediante narrativa secuencial y dibujada.
Estas cinco tragedias relatadas corresponden al accidente aéreo en Los Andes de los jugadores de rugby uruguayos (famosamente presentado en el filme ¡Viven!), a la desaparición de una joven en medio de sus vacaciones veraniegas, al Holocausto que tuvo lugar en la Segunda Guerra Mundial, a un adolescente que perdió la movilidad de sus piernas por un balazo, y al incendio producido al comenzar el concierto del conjunto de rock Callejeros, en el lugar llamado Cromañón.

Respecto a la ejecución de estas cinco historias, si bien tiene colaboradores en algunas de las tareas (destacando en los guiones a Rodolfo Santullo Pablo Roy Leguisamo en dos de ellas), la mayor parte del trabajo de este libro recae sobre Fernando Ramos, presentándose por tanto como un autor muy interesante. Su mayor logro en cuanto a guiones (el cual comparte con los mencionados) radica en dar justo en la tecla para presentar cada relato de modo que sea efectivo y muestre lo que tenga que mostrar, desde una narración tradicional en la historia del joven baleado, hasta una realizada mediante un testimonio judicial como es en la de Cromañón. En los dibujos consigue el aspecto preciso y apropiado para su libro, con un estilo de dibujo realista, un diseño de página rígido predominando las viñetas rectangulares, y apelando a un blanco y negro constante, sin grises, dando el mismo tono emocional también en lo gráfico.

Acompañando a cada una de estas, se incluye un epílogo que ilustra con los hechos reales a la ficción que se presenta en las historietas, tal vez con fines informativos, pero también haciéndonos notar que la realidad en la cual se inspira aquella es aún más dura y conmovedora, aunque en nuestra cotidianidad puede pasar de largo.
No es este un libro fácil, pero es un libro artísticamente notable, entendiendo al arte como algo más que cómo está logrado lo escrito y lo dibujado: el arte en su capacidad de afectar a otro. Esta es de esas obras que no te permiten pasar de largo, es de esos libros que no se pueden dejar a un costado al terminarlo como si nada hubiera pasado, porque por el contrario mucho sucede a lo largo de estas páginas. No solamente por lo trágico de lo que se cuenta, sino también porque pone cierto énfasis en la capacidad de los seres humanos de sobreponerse a las dificultades, brindando cierta esperanza que aliviana un poco las sensaciones, y a la vez lleva a la reflexión.

No es posible leer Testimonios Oscuros y seguir con la vida cotidiana inmediatamente, porque logra golpearnos emocionalmente, y no una vez sino cinco. Se sufre con su lectura, para qué negarlo, pero se agradece también que exista una historieta que genere esto.
Mariano Abrach.